viernes, 8 de mayo de 2009

Murieron Hoy

Todos los payasos imbéciles te hablan continuamente de la inmensa casualidad que se produjo el 23 de abril de 1616; dos de los mejores escritores de best-sellers del mundo, Shakespeare y Cervantes, murieron el mismo día y, posiblemente, de la misma manera; atacados por un primate energúmeno. Aunque muchos estudiosos afirman que el simio era el mismo en ambos casos, es lógico pensar que era muy difícil para un mono ir de Inglaterra a España en el mismo día y en el S.XVII. A no ser que se tratara de un primate viajero temporal, pero estos son conjeturas que no vienen al caso ni merece la pena que se relaten.

Hoy, 27 de marzo, es un día tristemente recordado para los amantes de la brujería y la ciencia ficción, pues dos de nuestros héroes más queridos nos dejaron este día, aunque en años distintos. Por supuesto, estamos hablando de Yuri Gagarin y Fernando Jiménez del Oso.

Las fotos no cuadran en altura por muy poquito.

Yuri Gagarin nació en alguna ciudad rusa y posiblemente pasó bastante hambre y frío en su infancia tal y como se ve en las pelis americanas ambientadas en Rusia. Desde pequeño mostró inquietudes por el espacio, algo que molestó enormemente a su familia, pues estos todavía creían en la idea de una Tierra plana que se mueve por el rio de la Eternidad sobre el caparazón de una tortuga gigante (la tortuga Misha). Pese a todo, Yuri consiguió entrar en la Academia del Espacio por un hueco que había en la valla del perímetro. Pasó los siguientes 3 años escondido en un almacén de provisiones. Inicialmente se colaba en clase disfrazado de buzón de correos, pero consiguió una beca de oyente, por pena básicamente. Una vez inscrito en el Programa Espacial encontro a la horma de su zapato; la perrita Laika, con la que debía competir por un puesto en la primera nave espacial que abandonaría la Tierra. Ambos pasaron duras pruebas, como por ejemplo la de dar vueltas metidos en una cosa o exámenes tipo test y algunos de desarrolla la respuesta. Finalmente, la perrita Laika se hizo con el puesto en la última de las pruebas, la carrera de sacos. Gagarin se deprimió, pero unos años más tarde, el Ato Mando le consiguió un puesto en en la Vostok-1, que en ruso viene a significar Nave Espacial-1. Subido en ella, Gagarin inscribió su nombre con letras de plata en el libro de la Historia; fue el 1º hombre en salir al espacio exterior, el 1º hombre en volver del espacio exterior y el 1º hombre en aterrizar una nave espacial sobre la caseta de la perrita Laika, algo por lo que se le investigó pero de lo que se le declaró inocente.

Laika en el pulmón de acero en el que quedó confinada tras el accidente.

Jimenez del Oso era tan sólo un bebé cuando el avión en el que viajaban sus padres se estrelló en una jungla francesa. Fue criado por osos pardos hasta los 18 años, edad en la que se emancipó a un coqueto apartamento barcelonés que compartía con una pareja de magos de blancas barbas, de los que adquirió su curiosidad por los ovnis, los fantasmas y demás cosas que no existen. Trabajaba por el día en un Kentucky Fried Chiken, y las noches las pasaba estudiando los libros arcanos que sus compañeros de piso le prestaban. De esas noches en blanco sacó sus grandes conocimientos y sus grandes ojeras, que le servían para parecer más listo y para asustar a los niños que en Halloween venían a molestarle con sus impertinencias. En 1980 se casó con Chicho Ibañez Serrador, dando lugar a una de las parejas amorosas y profesionales mejor avenidas de nuestro famoseo. Pero la relación no duró mucho por el ansia de Jiménez de acostarse con todos los hombres del mundo. Pese a la animadversión que entre todos los hombres despertaba, el estudioso será recordado como uno de los mejores amantes del S.XX, por detrás de Rodolfo Valentino y por delante de Jorge Sanz.

Con un ligue en Luxor.

Sigan ustedes vigilando el cielo, háganme ese favor.

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